Tormento psicológico en Swallow y donde eres lo que comes

Opera prima de Carlo Mirabella-Davis quien contextualiza el trastorno alimentario dentro de una dialéctica de control sobre las mujeres y sus cuerpos.

Swallow, una solitaria Hunter (Haley Bennett) es una ama de casa se encuentra prisionera en la jaula dorada de la domesticidad, y casada con Richie (Austin Stowell), un rico que hace alarde de ella como si fuera un trofeo más en su lujosa mansión.

Ella es un objeto de estatus, un cuerpo para el placer y una incubadora para el heredero de su familia, sus suegros, Katherine (Elizabeth Marvel) y Michael (David Rasche), también la tratan como tal y durante las fiestas en casa, ella hace el papel de la anfitriona perfecta a la perfección, siempre armada con una sonrisa y un abrazo cuando es necesario.Entre planchar sus corbatas y preparar la cena, ella se dedica a la decoración de interiores para mantenerse ocupada, pero es obvio que el matrimonio ha entrado en modo seguro, él está mayormente ocupado con su teléfono mientras ella contempla la vista fuera de su prisión de cristal con una mirada vacía.

Su rebeldía se arraiga durante una cena para celebrar su embarazo. Una vez que Richie anuncia con orgullo a sus padres y se olvidan de la persona a la que deberían celebrar.

Hunter lucha por encontrar una forma de entrar en su conversación durante toda la noche y su voz ahogada e ignorada, comienza a masticar cubitos de hielo y experimenta una alegre sensación del control y esto se convierte rápidamente en canicas, clips y pilas.

Cada objeto que traga la empodera, le da un sentido de propiedad y se hacen más grandes y más agudos porque ella busca el dolor físico para amortiguar su creciente tormento psicológico.