El gran regreso de Maverick a la base Top Gun

Pete Maverick está de regreso en la pantalla grande con la reciente película Top Gun: Maverick personificado por Tom Cruise a quien se le ve de nuevo en su motocicleta, gafas de sol de aviador y chamarra de cuero.

La dirección de Joseph Kosinski hace que el espectador tenga una gran en la película, haciendo sentir claustrofobia en el cielo abierto mientras los pilotos se precipitan y desvían, además de escenas ruidosas en exteriores, con motores de aviones rugiendo, y escenas tranquilas en interiores.

Tom Cruise retoma el papel de Maverick, una secuela diseñada para que el actor de 60 años demuestre su esfuerzo para el personaje en un nuevo capítulo de Top Gun que es un viaje y ejemplo de cómo hacer una secuela.

En esta ocasión, la cinta esta centrada en la idea de un legado, ya que han pasado tres décadas desde que Maverick fuese el piloto más rápido y ahora apartado de combate, sigue manteniendo la forma y la irreverencia en su trabajo como piloto de pruebas de aviones hipersónicos.

Después de un desencuentro con su superior (Ed Harris), Maverick es enviado a la escuela donde se formó para que haga lo propio con un grupo de jóvenes pilotos que deben partir para una peligrosa misión en el plazo de tres semanas; deben destruir un almacén nuclear en un país enemigo que ha superado tecnológicamente a Estados Unidos.

Entre los pilotos a los que debe entrenar se encuentra el hijo de Goose, Rooster (Miles Teller), su compañero muerto, con el que se siente en deuda, y es aquí donde, todo lleva al despliegue técnico de aviones y batallas supersónicas.

Así enfrentándose a un futuro incierto y retar a los fantasmas de su pasado, Maverick se ve arrastrado a una confrontación con sus propios miedos más profundos, que culmina en una misión que exige el máximo sacrificio a los que serán elegidos para pilotarla.