Megan Fox regresa a la pantalla grande con Hasta que Mueras
“Me voy a liberar de ti aunque sea lo último que haga”, es la línea, pronunciada por Emma (Megan Fox) a su esposo la mañana después de celebrar su décimo aniversario.
La imagen es ciertamente convincente: una mujer joven indefensa, con una camisa de esmoquin blanca ensangrentada, encargada de cargar un cadáver mientras se ve obligada a enfrentar la realidad de cómo su propio trauma la ha cargado con un ancla emocional paralizante y un esposo dominante.
Megan Fox interpreta a Emma, quien aparentemente lucha por encontrar la emoción en su asociación con el sórdido defensor Mark (Eoin Macken).
En su aniversario, Mark la sorprende con un retiro en el lago en pleno invierno, pero los recuerdos regresan y Emma recuerda vagamente a la mujer que era cuando comenzaron su relación, luego se despierta esposada a Mark. Tampoco es una situación de juego de roles pervertido. Mark apunta una pistola a su cabeza y aprieta el gatillo, aislando a Emma sin ayuda y atada al caparazón sin vida del hombre del que trató de escapar.La cinta hace un gesto hacia las conversaciones provocativas con las que su propio montaje pretende involucrarse, hay una parábola sobre el costo y la banalidad de vivir en relaciones tóxicas, o mejor aún, una historia cáustica sobre el poder insidioso y autodestructivo de la fragilidad masculina.